Con reconocimientos, recordatorios y un breve espectáculo con la presencia del “Señor deSipán”, transcurrió el homenaje que el pueblo de Monsefú tributó ayer en el parque principal con un programa especial elaborado por la Municipalidad local. Desde el recibimiento a la delegación de ilustres visitantes canadienses en el ingreso de la ciudad, cerca al Arco de Bienvenida, hasta el final de la actuación central, el público ovacionó a quienes hace 50 años estuvieron en Monsefú, por disposición de la superioridad de su congregación “Nuestra Señora de la Misericordia” y dejaron huella indeleble de apoyo sobretodo a los de menos recursos económicos y en forma especial al estudiantado con el ahora colegio San Carlos junto a la avenida Conroy.
Estuvieron presentes representantes de la congregación y en forma especial el Arzobispo de San Juan de Terranova, Martín Currier, así como la hermana Elizabeth Davis, quien es la que lidera la Congregación y en su momento, agradeció el discurso de la alcaldesa de Monsefú, porque resaltó la labor que cumplieron las hermanas canadienses y sobretodo lo que hizo el recordado Padre Carlos O´Neill Conroy.
Apoteósica fue la gran caravana que recorrió con las ilustres visitantes y la concentración en el parque principal donde esperaron a la delegación visitante para ingresar brevemente al Templo San Pedro y de allí dirigirse a la pérgola del parque para llevar a cabo el homenaje previsto, que tuvo pasajes protocolares y también festivos, sobre todo con la actuación especial de parte del elenco Llaqtamuchik, con su mismo director, Carlos Ayasta Ballena.